La teoría en sí no es beneficiosa ni perjudicial, dependerá por tanto del uso que hagamos de ella.
Por ejemplo, si yo creo que mi hija/o tiene un potencial muy limitado para los deportes, es probable que influya negativamente sobre ella/él, apuntándoles a extraescolares que no guarden relación directa con el ejercicio. Con lo cual, tiempo después veremos confirmada nuestra teoría, no porque no tuviese aptitudes, sino porque no le hemos dado la oportunidad de desarrollarlo. Sin embargo, si considero que tiene gran capacidad, es posible siguiendo el razonamiento contrario, le implique en actividades que faciliten su desarrollo, cumpliendo una vez más nuestras expectativas a largo plazo.
Este caso se ha producido en la realidad porque me ha ocurrido a mí, Marian, cuando mi hermana era pequeña mi madre le apuntó en clase extraescolares de más ejercicio y ahora a ella le encanta el deporte, pero a mí debió suponer que se me daban peor los deportes por ello me apunto a clases extraescolares que tenían menos relación a con ejercicio, y a mí ahora no me gusta realizar ningún tipo de deporte.
Muy buen ejemplo
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